lunes, 9 de marzo de 2009

Amaneciendo...

¿Sera que ya supere el miedo a la muerte, o sera que la soledad ya me hizo tocar fondo? Cualquiera sea la respuesta hay dos cosas de las que estoy seguro, este fue el amanecer más hermoso que jamas haya visto y estoy decidido a enfrentarme contra esas cosas aunque, y es muy probable, sea lo ultimo que haga.
Pasé toda la mañana armando y evaluando las posibilidades. Una mochila con herramientas, municiones, provisiones. Un revolver, un machete, un nuevo corte de pelo, ropas resistentes y ajustadas y mucha adrenalina.
Un grito humano, cerca ¿¡Jose!? Me asome por la ventana, mire a su terraza... Nada... ¡Sangre! Y asomaba lo que parecía ser un cadáver “¿sera ella?” me preguntaba mientras iba por los binoculares.
Era una de esas cosas con el cráneo reventado contra el piso, la debe haber sentido a Jose y se arrojo por la ventana, pero ¿desde que piso? ¿y Jose donde se esconde?
Después de buscar mucho la vi oculta tras unas plantas del patio, estaba herida y lloraba. Cayo desde la terraza cuando corría espantada por el caníbal suicida y se lastimo el tobillo al caer; agarre unas vendas, unas latas de comida, unas herramientas y le escribí una nota de esperanza; lo arroje, lo vio, siguió llorando. Tome una soga, tome coraje...

Nota a Jose:

“¡Hola! Jose, no? Yo soy Barto del décimo, hoy preparaba una expedición al resto del edificio hasta que vi tu situación y agregue una soga a mi mochila, voy a ir por vos, mientras acá tenes para comer y vendarte. La bestia que cayo en tu techo no se va a volver a levantar, pero procura hacer poco ruido para no llamar la atención.”



Voy por ella, si vuelven a saber de mi, espero que sea por este medio. “No fear, no distractions”.